Daniela Romero Izzo, fue reconocida como Personalidad Destacada del Deporte, en reconocimiento a los éxitos logrados en natación. Daniela fue trasplantada del corazón cuando tenía apenas 3 años de edad.
Cuando era apenas una niña, a Daniela Romero Izzo le detectaron una falla cardíaca que puso en riesgo su vida. Hoy, tras haber recibido un nuevo corazón, tiene más de 20 medallas en diferentes competencias nacionales e internacionales de natación para deportistas trasplantados.
A los 2 años y 10 meses de vida un virus atacó a Daniela. Estuvo internada en el Hospital Garrahan, donde luego de varios estudios se le diagnosticó una miocardiopatía dilatada que la dejó 35 días en coma farmacológico, hasta que desde la ciudad bonaerense de Olavarría llegó un corazón que fue compatible.
«Esta pequeña deportista y luchadora por la vida debe servir de ejemplo a todos los ciudadanos que están esperando un trasplante, que se puede salir adelante con esfuerzo, dedicación y lograr representar a nuestro país y nuestra querida Ciudad de Buenos Aires a través de su historia y sus logros deportivos«, sostienen en los fundamentos del proyecto, presentado por un particular y levantado por el diputado Ariel Álvarez Palma de Vamos Juntos, quien le dio estado parlamentario a la iniciativa que resultó aprobada en la sesión ordinaria del 11 de octubre del año pasado.
Daniela Romero Izzo es la deportista argentina más joven que participó, en el año 2015, en los XX Juegos Mundiales para Trasplantados donde obtuvo la medalla de bronce, máximo galardón recibido en está disciplina.
Luego de recibir el diploma que la distingue como Personalidad Destacada del Deporte de la Ciudad de Buenos Aires, la homenajeada agradeció a los presentes y muy emocionada valoró la lucha y el apoyo permanente de su familia.
La importancia de la donación de órganos y tejidos de personas sanas es cada vez más vital. En la actualidad la donación de corazón, pulmones, hígado, riñones, páncreas e intestino, puede constituir la diferencia entre la vida y la muerte para otro ser humano, además de la posibilidad de abrir nuevas esperanzas a receptores de piel, córneas, válvulas cardíacas, tendones, nervios y cartílagos, entre otros.