Fruto del impulso de Mariana, hija de Ladislado Biró, inventor del bolígrafo, el flamante centro cultural del barrio le suma a los vecinos del Parque Lineal Crámer un espacio para disfrutar de las mejores lecturas.
La historia de la flamante Biblioteca Popular “Fundación Biró” del Parque Lineal Crámer, ubicado en Colegiales, empezó hace mucho tiempo. Podría decirse incluso que hace 80 años. Es que fue en 1938 que Ladislao José Biró, un inmigrante húngaro dedicado con pasión a la invención de objetos, pensó poner una diminuta bola en su lapicera, creación a la que luego llamó “birome”.
Esa impronta por la invención y la creatividad de Ladislao fue transmitida tiempo después a su hija Mariana, quien se formó como educadora y, tras mudarse a Colegiales, se volvió una vecina entrañable del barrio.
Junto con su marido, Mariana creó un colegio y luego una fundación que rinde homenaje a su padre y con la que siempre deseó poner en funcionamiento un centro cultural, un lugar para que los vecinos y la comunidad disfrutaran, intercambiara ideas y se educaran. En definitiva, una biblioteca popular.
De galpón ferroviario a biblioteca
“Este lugar era un galpón ferroviario, tenía vagones viejos y, en algún momento, funcionó como estacionamiento. Luego estuvo en desuso, descuidado y oxidándose”, explicó Mariana Biró sobre el predio lindero a las vías del tren Mitre y ubicado frente a su colegio, en Crámer al 400.
Era la oportunidad que tanto Mariana como muchos otros vecinos estaban esperando. “En 1966, con mi marido creamos la Fundación Biró. Desde entonces nos han donado tantos libros y queríamos hacer una biblioteca para que los vecinos los disfrutaran”, explicó Mariana. “Hace 42 años que venimos solicitando el espacio y por un motivo u otro no se dio. Tengo un agradecimiento profundo a la Ciudad por ceder el espacio para hacer algo cultural”, agregó.
Es que luego de que, a pedido de los vecinos, se desactivara un proyecto de mercado que habría transformado de forma polémica la dinámica del predio, Mariana observó con orgullo cómo se reflotaba la idea inicial de utilizar el lugar como centro cultural.
Así, impulsado por la remodelación que la Ciudad hizo del predio y la puesta en valor del Parque Lineal Crámer, donde antes había un galpón en desuso, ahora los vecinos pueden disfrutar de una nueva biblioteca pública.
La biblioteca está apadrinada por la Fundación Biró. Cuenta con una sala de lectura de doble altura, alfombras para los chicos, mesas y sillas y cientos de ejemplares de todo tipo: desde obras de Harry Potter, a fascículos de la Enciclopedia Británica; de novelas de Umberto Eco en inglés o libros de física y química, a best sellers contemporáneos. La puesta en valor del Parque Lineal Crámer sumó más de 1.000 metros cuadrados de espacio público y verde para el disfrute de los vecinos de Colegiales y fue inaugurado en noviembre último.
La historia de un invento
Ladislao Biró fue nació en Hungría en 1899 y migró a la Argentina en donde tuvo la posibilidad de fabricar una de sus creaciones más famosas, el bolígrafo. El bolígrafo, que se patentó en su país natal, es conocido en la Argentina tradicionalmente como “Birome”, cuyo nombre deriva de una fusión de Biró y Meyne, apellido de su socio.
“Un invento es una solución práctica a un problema bien identificado”, explican en la Fundación Biró que fomenta la educación de la mano de la creatividad.
En el caso del bolígrafo Biró se inspiró en los rodillos de las imprentas para darle, a través de una bolita que ayuda a desparramar la tinta, una función más simple a las lapiceras de su tiempo.
Fuente: Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires