En una sesión caliente, el oficialismo logró aprobar el proyecto del ejecutivo que modifica la Ley de Basura cero y habilitarla incineración de residuos para generar energía en la Ciudad.
La Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires aprobó la modificación de la Ley Nº 1854/2005 sobre «Gestión Integral de Residuos Sólidos – Basura Cero …» y habilitó la incineración de basura para transformarla en energía a través de la termovalorización de residuos y así reducir la cantidad de residuos a ser depositados en rellenos sanitarios.
El proyecto enviado por el ejecutivo de la Ciudad obtuvo 36 votos positivos, 34 pertenecientes al bloque oficialista compuesto por el Pro, la Coalición Cívica ARI y Confianza Pública sumado al los votos de los diputados Sergio Abrevaya del GEN y Marcelo Depierro de Mejor Ciudad. Hubo 22 votos negativos y ninguna abstención.
El proyecto tuvo un fuerte rechazo, no solo en el recinto si no también en la calle, que desde temprano hubo un grupo recuperadores urbanos y organizaciones sociales protestando en rechazo a la nueva normativa. Tras ser aprobada la Ley, integrantes de Greenpeace entonaron la marcha fúnebre y el Himno Nacional y le lanzaron una corona de flores a Francisco Quintana, vicepresidente primero del cuerpo, lo que motivó llamar a un cuarto intermedio para votar los artículos en particular.
La nueva normativa establece que la incineración deberá realizarse en «hornos apropiados con múltiples sistemas de control» y dispone la creación de un un organismo oficial encargado de fiscalizar el nivel de emisiones producidas durante la combustión en las plantas de termovalorización.
La quema de residuos era expresamente prohibida en la ley original de «Basura Cero» sancionada en el año 2005, organizaciones ambientalistas y sociales y recicladores urbanos advieron que la modificación aprobada afectará negativamente en la salud y el medio ambiente de la Ciudad además de la pérdida de puestos de trabajo.
La Jefatura de Gobierno contrarrestó la crítica de los recolectores argumentando que su actividad se encuentra resguardada ya que el proyecto prohíbe el tratamiento térmico de materiales reciclables o aprovechables provenientes del circuito de recolección diferenciada.
La termovalorización es un proceso que comienza con la descarga de residuos que no integran el sistema de reciclado en una planta creada para ese fin, consiste en la oxidación de los residuos en hornos específicos a una combustión superior a los 850 grados pudiendo incinerar más de 30 toneladas de basura por hora.
Las Modificaciones
El artículo 7° modificado dice que «queda prohibido, desde la publicación de la presente, la combustión de residuos sólidos urbanos sin recuperación de energía, especialmente cartón, papel y polietileno Asimismo queda prohibida la contratación de servicios de tratamiento de residuos sólidos urbanos de esta ciudad que tenga por objeto la combustión sin recuperación de energía en otras jurisdicciones.»
Un artículo 7° bis incorporado establece: «La fracción de residuos sólidos urbanos húmedos sólo podrán ser pasibles de transformación y valorización, mediante técnicas de combustión con recuperación energética, previo tratamiento en planta de separación con el fin de seleccionar aquellos materiales factibles de ser reciclados, principalmente cartón, papel y polietileno teleftalato (pet). Se prohíbe el tratamiento térmico de materiales reciclables o aprovechables provenientes de todo circuito de recolección diferenciada implementado con exclusividad para esta fracción por la Autoridad de Aplicación en materia de residuos«.
Un nuevo artículo 33° bis dispone que «el tratamiento de residuos sólidos urbanos por medio de combustión con recuperación de energía, deberá garantizar el cumplimiento de las siguientes condiciones:
a. Los servicios de tratamiento que tengan por objeto la combustión de residuos sólidos urbanos con recuperación energética deben utilizar métodos o tecnologías que aseguren el cumplimiento de los estándares de eficiencia energética definidos en la Directiva 2008/98/CE del Parlamento Europeo y del Consejo (Anexo I), así como sus actualizaciones posteriores.
b. Los límites para las emisiones a la atmósfera producto de la combustión de residuos no podrán superar los límites establecidos en la Parte 3 de la Directiva 2010/75/UE del Parlamento Europeo y del Consejo (Anexo II).
c. La gestión de los residuos resultantes de la combustión debe realizarse según las normas vigentes para el tratamiento de residuos, en particular las cenizas volantes que deben ser consideradas como residuos peligrosos».
Otro de los requisitos legales (art.52° bis) es que «los residuos sólidos urbanos podrán ser pasibles de valorización energética cuando estos no hayan podido previamente ser recuperados y/o reutilizados en los centros de selección, acondicionamiento o tratamiento» y que «se deberá garantizar la protección de la salud de las personas y del ambiente«.
A los efectos, se crea el «Sistema de Información Pública del Sector de la Valorización Energética de Residuos (SISVER), que permita el monitoreo continuo y permanente de las emisiones en la atmósfera, en el suelo y en las aguas superficiales y subterráneas que resulten de las actividades de combustión con recuperación energética«. Además, una comisión de asesoramiento técnico deberá analizar semestralmente los resultados de los controles.
La presidenta de la Comisión de Ambiente, Mercedes De Las Casas (Vamos Juntos) explicó «estamos acá porque tenemos un gran problema y es la basura, la basura que generamos todos y que van al CEAMSE» y alertó que en la actualidad «estamos enviando la basura a un lugar que en 4 o 5 años no va a tener más espacio, que va a caducar».
«Cuando llegue a la Ciudad había una escasa regulación en la materia de reciclado, nosotros les dimos las herramientas, los uniformes, regulamos su trabajo y le dimos condiciones dignas para desempeñarse”, afirmó y aseguró que “la reina de Holanda tiene una de estas plantas frente a su castillo».
En rechazo a la propuesta, la Legisladora Myriam Bregman del PTS le contestó al oficialismo «ustedes no le han dado dignidad a nadie, los trabajadores ganan la dignidad en la calle, nadie le regala nada a nadie» y denunció «quemar basura mata, es un negocio, enferma, hace peligrar el trabajo de seis mil personas y de forma indirecta afecta a más de 20 mil personas».
Por su parte, la presidenta del bloque Suma+, María Inés Gorbea, expresó que «el Gobierno recibió una muy valiosa ley para manejar los residuos, es cierto que tenía un plazo que no se pudo cumplir; lo estratégico de esa ley era la manera en la que se debía manejar los residuos y el rumbo que la Ciudad debería tener».
«Es más fácil y conveniente para el jefe de Gobierno continuar con la forma actual de los residuos y los contratos multimillonarios, pero es inconveniente para los ciudadanos», acusó.
Del bloque Unidad Ciudadana se expresó el Diputado Mariano Recalde, afirmó que hubo un «gran fracaso en la separación de los residuos y en las campañas de concientización para la separación, no se cumplieron las metas y cuando eso ocurre uno trata de cambiar las herramientas para alcanzarlas” y señaló que «está ley nos da que pensar, pareciera que fue hecho adrede para obtener un nuevo mercado».
«Los países modernos y que avanzan en serio en política ambiental están descartando la incineración de basura, este negocio el Gobierno lo tenía pensado hace mucho» enfatizó Recalde.
Por su parte, Roy Cortina resaltó «nos oponemos a un sistema que promueve la generación de más residuos y atenta contra la reutilización y el reciclado que son pilares fundamentales del paradigma de Basura Cero.»
«Si los rellenos están al borde del colapso, la solución no es ponerse a quemar basura sino profundizar las políticas que le permitieron a la Ciudad reducir en los últimos cinco años, de casi seis mil toneladas a tres mil toneladas diarias la cantidad de residuos que manda a la CEAMSE», consideró.
Por último, María Rosa Muiños del Bloque Peronista se quejó «esta es una medida de tratamiento express, en este recinto escuchamos a muchos diputados hablar y arrojar datos sin repetir, eso se debe a que tiene muchas aristas; me queda claro que hay una necesidad de seguir haciendo evaluaciones sobre el proyecto, el cual fue cambiando».