Se trata de las estaciones Plaza Constitución, Once, Retiro Belgrano y Federico Lacroze, desde ahora solo podrán intervenirse con previa aprobación de la Comisión de Monumentos, Lugares y Bienes Históricos.
El Gobierno Nacional declaró Monumento Histórico Nacional a los edificios de las estaciones de tren de Constitución, Once, Lacroze y General Belgrano de Retiro, a través del Decreto 315/2021 que lleva la firma del presidente Alberto Fernández, del jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y del ministro de Cultura, Tristán Bauer.
La medida tiene el aval de la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos por considerar que estos edificios históricos conformaron “una nueva imagen arquitectónica dentro del perfil urbano y suburbano de Buenos Aires” en el período que va desde los años 1880 hasta 1900 y que se identificó por una gran “la expansión ferroviaria”.
La actual Estación de Constitución –antes cabecera de la Segunda Terminal del Ferrocarril del Sud- comprende una las reedificaciones que sufrió esta edificación. La obra fue encargada a los arquitectos Parr, Strong & Parr en el año 1883 con un “lenguaje ecléctico neorrenacentista, que se complementaba con una amplia nave de cabriadas metálicas sobre los andenes, de excelente composición y diseño arquitectónico”.
A principios del siglo XX la estación sufrió reformas para incorporar “nuevas mansardas, un volumen de cúpula mayor en la parte central y mayor ornamentación afrancesada, presentando una clara influencia ‘Beaux Arts’, propia del período”. La propuesta, realizada por los arquitectos Paul Bell Chambers y Lous Newbery Thomas preveía la total demolición del edificio anterior, “junto con el aumento del número de plataformas, pero debido al ‘crack’ financiero del año 1929 el edificio no se demolió, pero se le adicionaron los actuales cuerpos sobre las calles laterales, el gran vestíbulo y dependencias auxiliares”.
La Estación Ferrocarril General Belgrano, en Retiro, por su parte, fue proyectada entre los años 1909 y 1912 por los arquitectos Louis Faure Dujarric y Robert Russell Prentice. Bajo “un lenguaje academicista», los arquitectos unificaron las distintas alturas y niveles del edificio. Luego se sumó una cúpula y se jerarquizó la fachada con una marquesina de hierro de estilo Belle Époque que protege al acceso principal a los andenes.
La actual Estación Terminal de Once de Septiembre pertenecía al antiguo Ferrocarril Del Oeste De Buenos Aires. El proyecto original perteneció al arquitecto holandés John Doyer. En el año año 1907 se tuvo que ampliar la estación cabecera, por lo que se decidió “adicionar al volumen existente sobre la Avenida Pueyrredón hacia la plaza, el edificio de la Bolsa De Cereales, el cual databa del año 1899 y poseía un gran parecido compositivo y formal con el proyectado por el arquitecto Doyer unos años antes”.
Para completar el conjunto se construyó un edificio central de mayor altura. Aun por tratarse de un edificio ejecutado en varias etapas, el decreto señala que “supo conservar la unidad estilística en todos sus componentes, debiéndose lamentar la pérdida de gran parte del mismo en la década de 1970”.
La Estación Terminal Lacroze, Ex-Ferrocarril General Urquiza, fue construida a mediados de la década de 1950, entre los años 1951 y 1957. Es un “fiel representante de los lineamientos de la arquitectura moderna en Buenos Aires” considera la medida porque “presenta en su acceso principal un gran frente vidriado que genera una amplia relación interior-exterior a escala urbana”.
Lo más destacable de este edificio lo conforma el gran mural del artista Luis Perlotti, ubicado sobre la rampa de acceso de la Avenida Federico Lacroze. La obra fue realizada en el año 1957 y está dedicada a las provincias que forman la mesopotamia argentina, aludiendo “a la historia, la leyenda, la tradición, la cultura, el trabajo, la ciencia y el transporte”.