Los llamados a la línea de asesoramiento y contención gratuita para mujeres víctimas de violencia por motivos de género crecieron durante el aislamiento: en lo que va del año se recibieron más de 3.000 llamados. Emilia, operadora social de la 144, cuya identidad se mantiene reservada, relata cómo fue atender esa demanda creciente y los desafíos.
A más de nueve meses desde que comenzaron las medidas para prevenir el contagio del coronavirus hay una tendencia que se mantiene de la misma forma: la cantidad de llamados a la Línea 144 en la Ciudad de Buenos Aires que asesora y contiene de manera confidencial y gratuita a mujeres víctimas de violencia de género, siguen mostrando un alza preocupante.
Entre enero y octubre de este año se recibieron la misma cantidad de llamadas que en todo el 2019. Si se compara solamente el período de aislamiento y distanciamiento, el crecimiento es del 53% año contra año y esa tendencia muestra un crecimiento alarmante durante los meses de mayor aislamiento.
Emilia es consultora psicológica y operadora social de la Línea 144 desde 2014 y trabaja en la Dirección General de la Mujer hace casi 10 años. Su identidad se mantiene en reserva por la confidencialidad y el anonimato de la línea y no puede salir de frente en el video para contar su historia y la del equipo de la Línea.
“Cuando entra un llamado a la línea es la primera escucha, la posibilidad de que la persona se exprese; puede ser con un llanto, con un momento de angustia o situaciones más tranquilas donde las personas hacen consultas con respecto a la problemática de la violencia por motivos de género”, comienza el relato Emilia.
“La intención es que la mujer no se sienta sola a partir que ingresa a la Línea. Que sepa que hay un operador a disposición, una escucha permanente las 24 horas ante cualquier situación y la vamos a acompañar en lo que necesite”, afirmó Emilia, quien durante la pandemia recibe los llamados enrutados a su domicilio, al igual que sus colegas de trabajo.
“Tuvimos que adaptarnos todos, nuestras familias, los tiempos, las casas y empezar a notar las distintas cosas… pero el aumento de las llamadas, la necesidad social que se presentaba, hubo una explosión de llamadas que hizo que saliera la vocación, el esfuerzo y poner el hombro entre todas”, recordó Emilia.
LA VIOLENCIA PSICOLÓGICA
La Dirección General de la Mujer del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat porteño registra llamados con distintos tipos de violencia de género en el período de pandemia. Si se tienen en cuenta sólo los llamados por violencia, el 44% fueron por violencia psicológica, 27% por violencia física, el 12% por violencia económica y patrimonial, el 13% por violencia simbólica y el 5% por violencia sexual.
En una mirada retrospectiva del desafío que implicó operar durante la pandemia, Emilia lo sintentiza en una reflexión final: “Fue un trabajo de mucha adaptación, aceptación en lo personal y la sensación de haber podido estar a la altura de las necesidades. Sabemos que somos parte de una red que acompaña y contiene a las mujeres víctimas de violencia, entonces el llamado lo tomo desde que comienza hasta que se cierra te vacias de vos para estar acompañando a la otra persona y tratando de hacerle sentir que vas a estar de alguna manera para lo que necesiten”.
TAMBIÉN POR BOTI
A mediados del mes de abril la Ciudad innovó sumando el sistema BOTI con derivación a la Línea 144, incorporando el chat como forma de recibir consultas a través de la vía web o mensajería instantánea (whatsapp).
Es una herramienta que permite mantener la confidencialidad de la mujer, se puede chatear con una operadora, hablar o comunicarse directamente al 911, mediante un equipo capacitado para dar contención, información, derivación y el asesoramiento que cada caso requiere siguiendo un protocolo de atención y registro de los casos, ya que muchas veces las mujeres conviven con sus agresores. Se recibieron en lo que va del año 3.477 contactos por esta vía entre abril y noviembre.
COMO SON LOS CIM
La Ciudad cuenta también con Centro Integral de la Mujer (CIM) por comuna. Allí trabajan psicólogas, abogadas, trabajadoras sociales y otras especialistas que se ocupan de asesorar a cualquier mujer que necesite ayuda a causa de violencia por razones de género. Normalmente los 15 CIM tienen sus puertas abiertas para acompañar a las mujeres pero, en este contexto de pandemia, pueden comunicarse telefónicamente con cada uno, de lunes a viernes de 10 a 16 horas. Además, a partir de la primera semana de mayo, dos CIM están atendiendo presencialmente y de manera rotativa, para que las mujeres siempre cuenten con un lugar a donde ir en situaciones de violencia por motivos de género. En muchos casos, las operadoras de la línea derivan los casos a los CIMs, para darle seguimiento a los casos.